Buen día o noche queridos lectores. En estos momentos seguramente me pillen conduciendo hacia una cala desierta, o en una terraza-bar mirando al mar y refugiado en la sombra de un cañizo, quizás algún noctámbulo me lea mientras me encuentro en el descanso que proporciona el sueño más profundo, es lo mismo, en estos momentos lo único seguro es que me pillan de vacaciones.
Y es que esto de poder programar un post es maravilloso, aunque solo sea para anunciar un adiós temporal, diría volátil, ya que el tiempo libre se desvanece como una flor diente de león. Digo maravilloso en el sentido pragmático de no dejar de cumplir con nuestro compromiso de una entrada quincenal mientras estamos tumbados en esa cala, tomando esa cerveza o rompiendo la cama de algún hotel.
Pero lo hemos pensado mejor. No vamos a publicar hasta el 14 de septiembre, el sistema debe descansar. La razón vital de este blog le ha llevado a un camino de metamorfosis sin retorno, con un destino más ambicioso si cabe. Sí señores, Blas Bermejo también necesita echarse una larga siesta para despertarse en un entorno diferente, con más servicios, con una nueva cara e integrado en un proyecto más cercano a nuestra naturaleza. Pero no puedo avanzarles más, dejen que la mariposa escape de la seda y vuele hacia sus dispositivos de lectura en su debido momento.
Y con todo esto me despido, soñando como va a ser nuestra nueva criatura, mirando el atardecer de lo que será un mar de textos, o quizás sentado en ese bar absorbiendo las sensaciones que en septiembre compartiré con ustedes.
Saludos y disfruten de su destino, Zacalín.
PD: Me he llevado un par de cervezas artesanales como compañeras de viaje, La Socarrada y Er Boquerón, muy de moda este asunto. Ya les contaré.