Las latas en conserva son un producto presente en nuestras despensas desde hace décadas. De hecho, suelen estar en la lista de la compra de forma habitual. Sin embargo, en muchas ocasiones no se sabemos cómo conservar las latas.
Hoy os vamos a explicar cuál es la mejor manera de almacenar estos recipientes metálicos en casa y cómo mantener en buen estado los alimentos que contienen.
¿Cómo se guardan las latas de conservas?
Una de las características más importantes de las conservas enlatadas es su larga durabilidad. Pueden conservar los alimentos en perfecto estado hasta de tres a cinco años desde su fabricación y pueden contener casi cualquier tipo de alimento, como guisos, legumbres y pan. Aunque pasada su fecha de caducidad pueda parecer que siguen en buen estado, se deben seguir las instrucciones del fabricante y no consumir más allá de la fecha marcada.
Algo que hay que tener en cuenta es que, aunque el contenedor parezca robusto y duro, puede sufrir daños. Es importante asegurarse de que el contenedor no presenta ninguna rotura si se detecta que ha sufrido algún tipo de golpe. Un daño en la lata puede no afectar a su contenido, pero en caso de rotura lo más probable es que el alimento esté en mal estado.
Como se haría con otro tipo de envases, las latas deben almacenarse en un lugar con temperatura y humedad estables. Incluso si los alimentos están bien protegidos, las altas temperaturas pueden estropearlos y la humedad puede deteriorar el embalaje. En caso de que la lata esté oxidada por la humedad, si el óxido ha afectado los bordes, la comida podría estar contaminada.
Finalmente, se aconseja lavar las latas antes de abrirlas. Sobre todo la parte superior, que es la que entra en contacto con el alimento al retirarlo. Evitaremos así que las bacterias que se encuentran en el exterior de la lata acaben en el producto que vamos a consumir.
¿Cómo almacenar las latas una vez abiertas?
Las latas vienen en muchos tamaños diferentes, por lo que es posible que las más grandes no se consuman de una sola vez.
Uno de los errores más comunes es dejar la lata abierta con el producto sobrante en la nevera. Hacer esto puede provocar que el interior de la lata se oxide debido a la humedad del frigorífico, por lo que la comida se contaminará. La mejor opción es almacenar el exceso de producto en un recipiente de vidrio, apto y seguro para frigoríficos, respetando el tiempo indicado por el fabricante en el recipiente. Los envases con cierre hermético serán los más adecuados para conservar las conservas.
Para una óptima conservación, es importante mantener el líquido que acompaña al alimento dentro de la lata. Esto ayudará a que se mantenga fresco y con todo su sabor.
También es importante guardar el exceso de contenido de la lata en la parte inferior del frigorífico, ya que en esta parte las temperaturas son más bajas. Así se conservarán mucho mejor los alimentos y no sufrirán cambios bruscos de temperatura al abrir el frigorífico.
Los alimentos enlatados deben manipularse como si fuera un producto fresco. Aunque sea procesado, debes cuidar la higiene de los utensilios con los que trabajas. Esto implica lavarlos antes y después de manipularlos.
Los alimentos enlatados son una de las mejores formas de consumir alimentos de todo tipo mientras estos siguen teniendo todas sus propiedades nutricionales intactas. Eso sí, ten en cuenta que son productos procesados y, por tanto, pueden tener grandes cantidades de sal. Consúmelos con moderación dentro de una dieta equilibrada.