Ese día el viento era inexistente en la costa almeriense, las nubes estaban apropiándose del horizonte y,pese a ese amanecer de aspecto otoñal, la temperatura era la propia del mes de agosto. Nuestro paseo matutino se estaba haciendo tosco y la marcha marcada fue aminorando conforme el sol hacía intento de asomarse entre la densa neblina que resistía a ser engullida por la calma total del mar. Una sutil brisa abrió en su prolongación las puertas del cielo, los primeros rayos de sol encendían los pocos kilómetros de arena que nos separaban de nuestro destino, dejando en el itinerario un relieve ajeno a todo el paisaje que, en nuestra aproximación, fue configurándose en lo que parecía ser una carta. Mi compañera no dudó en acurrucarse para saciar su curiosidad y, en el silencio, su sonrisa terminó por iluminar por completo los cuatro puntos cardinales.
En su retina se podía leer el recuerdo de lo que es ser joven, la ingenuidad que nos hace más amables y valientes ante el mundo, los primeros amores y afectos que marcan esa porción entrañable de nuestra existencia, la sencillez que nos hace frágiles ante lo alterado.
Y en una solitaria lágrima, el gemido de pensar que en un infame día el trayecto de esa joven pueda estar desamparado, nace el credo y necesidad de que Julia encuentre esa carta extraviada para recordar que un día fue amada.
Así, textualmente, fuiste querida:
¡Hola Julia! Sí, soy yo, y sí, te he escondido esta carta debajo de una piedra para que la leas cuando estés en Mojácar (o sea, ahora mismo). Ya sé que era más fácil enviarte un Whatsapp, pero me gusta complicarme la vida por naturaleza.
Sólo deseo que estés pasando un buen rato con los amigos y que disfrutes de la playa, el solecito y la fiesta. Yo ahora mismo, si no me equivoco, me encuentro en Santander pasando ya los últimos días de mi verano con los amigotes de la infancia
Espero que tu verano esté yendo genial y que esa sonrisa preciosa que tienes no dejes de mostrarla. Insisto, esa sonrisa… que no deje de existir. Tu sonrisa es la clara muestra de tu felicidad, y eres una chica que merece profundamente ser feliz, sea como sea. Si tienes algo de tristeza en ti, ahuyéntala pensando que tienes más razones para ser feliz. Para mí sería un regalo poder ser una de las razones de tu felicidad, pero tranquila, me conformo con que sonrías mientras leas mi carta. Con eso voy servido.
Y, bueno, ya por fin cuando acabes las vacaciones, empezarás tu nueva carrera, a hacer lo que te gusta (que es lo más importante) y a conocer nuevos amigos.
Seguro que no vas a tener problema alguno en adaptarte a lo nuevo, pero ya sabes: tranquilidad. Antes de los estudios está el ser feliz y el darse tiempo a uno mismo y con todo junto, todo va saliendo.
Recuerdo los problemas que tenías no hace mucho tiempo para ser feliz y evitar las cosas que te hacen daño, antes de que empezáramos. Recuerdo como juntos pudimos contra eso y lograste abrir los ojos. Recuerdo que nunca me separé de ti pese a que podría haber salido corriendo, estar a tu lado era mi recompensa. Ahora al ver que estás tan bien me emociono, ¡lo conseguiste ¡ .Fuiste una luchadora y lo conseguiste.
Bueno vamos a pensar en cosas alegresJ. En todos los objetivos que te quedan por cumplir y en todos los sueños que tienes que hacer realidad, que los harás.
Espero seguir sabiendo algo de ti. Espero que de vez en cuando te acuerdes de mí y sonrías. Espero haber sido alguien irrepetible en tu vida.
Desde dónde estés te mando un beso lleno y rebosante de cariño.
¡Disfruta!
Firma (omitimos el nombre del autor para preservar su anonimato)