Siempre que preguntan cuánta vida tiene un vino me aparece el mismo pensamiento –‘El tiempo que dura un plato de cacahuetes’-. Decir que este razonamiento viene de mi época de estudiante en Murcia, concretamente de un par de bares situados en las inmediaciones del cine Rex, donde mistelas, vinos y cascarujas fueron directores de orquesta en muchos jueves noche de los 90.
Obviamente a la hora de responder nunca cito esta añorada referencia, dando en su lugar una respuesta más acorde a las circunstancias.
Los vinos se crean, crecen y …
‘Eres como el vino, mejoras con el tiempo’ es un alago popular que desafortunadamente no corresponde con la realidad, el vino también tiene su propia decadencia, un punto de inflexión a partir del cual pierde calidad en nuestros sentidos. Podríamos considerar varias etapas en la vida de un vino:
- Inferencia: Nos referimos al proceso de formación del vino, evolución de crianza en barrica y botella.
- Plenitud: Momento óptimo de consumo para nuestros sentidos.
- Decadencia: El vino comienza a perder de manera irreversible sus características en aroma y sabor.
El tiempo que duran estas etapas es indeterminado, pero sí podemos decir que son varios los factores que hacen que un vino prolongue su longevidad.
Como norma general los vinos tendrán mayor vida en botella cuanta más crianza en madera tengan, algunos tintos muy tánicos hasta 15 años; los de maceración carbónica tienen una vida muy corta; los blancos jóvenes y los generosos hasta 18 meses; blancos con crianza se conservan bien hasta los 30 meses; los rosados se recomiendan consumirlos cuanto antes. Hay vinos de guarda, orientados a una larga crianza en botella, que pueden durar óptimamente décadas.
La calidad y variedad de la uva junto el método de elaboración y calidad del proceso de vinificación son muy importantes para una mayor longevidad del vino. Por lo tanto, no podemos tampoco llevarnos por prejuicios generalistas, mucho menos cuando el mantenimiento de las botellas será determinante en la vida del vino.
Fachada de Blas Bermejo S.L.
La temperatura de mantenimiento debe de ser constante sin grandes oscilaciones ni cambios bruscos. A 5º centígrados el vino tiene el doble de vida que a 10º y cuatro veces más que a 15º, por encima de los 20º puede convertirse en un crimen para el vino (reacciones fisicoquímicas, oxidación y contaminación del vino…)
La postura de guarda en botella se recomienda siempre en horizontal, en espacios sin luz ausentes de ruidos y olores, ventilados. Tapones de corcho de calidad y una humedad entre el 75% / 80% también alargarán la vida óptima de un vino.
De todos modos la mayoría de los consumidores no pueden controlar y contrastar estos datos, no podrán averiguar el estado del vino hasta su consumo, es la razón por la que se recomienda la compra de las añadas nuevas, a excepción de aquellos caldos adquiridos en tiendas especializadas y de confianza que puedan responder ante eventuales fallos.
Saludos Zacalin, y recuerdos a las Tascas