Este año 2014 se cumple el centenario de una empresa familiar pionera en la elaboración de cavas: Freixenet. Estamos hablando de una compañía que constituye, junto a Codorníu, uno de los grandes gigantes dedicados a la producción de cavas y vinos.
Siempre que hablamos de grandes multinacionales pensamos en tiburones de las finanzas, pero perdemos el prisma de que una empresa no es nada sin su capital humano, y en el caso de Freixenet su pasado, presente y futuro está ligado a una saga familiar que desde sus inicios apostó por la calidad y el futuro de sus caldos.
Vista frontal de las bodegas Freixenet
Nos gustaría mostrar los pilares humanos y empresariales que contribuyeron a que esta marca sea lo que es en la actualidad. La historia de esta familia no se parece en nada a Falcon Crest, ya que no hay malos malísimos ni buenos buenísimos, pero sí una familia luchadora y constante que con mucho esfuerzo y dedicación consiguió ser lo que es hoy, y lo que será en el futuro.
La familia Ferrer de origen barcelonés contaba con grandes terrenos situados en el Alto Penedés en una finca conocida como La Freixeneda, cuyo origen data del siglo XIII; su hijo pequeño Pedro Ferrer Bosch conocido como el Freixenet, destacaba por sus dotes comerciales, su creencia en el poder de la publicidad y la importancia de las exportaciones.La Casa Sala se fundó en 1861 por Francesc Sala y su actividad principal era la elaboración de vinos. Situada en Sant Sadurni d´Anoia, fue la primera empresa del Penedés en exportar sus caldos. Joan Sala Tubella, hijo de Francesc, siguió con el negocio familiar centrándose sobre todo en la producción de cava. Dolores Sala fue su única hija nacida en 1889, la cual será protagonista indiscutible de esta historia.
Con el enlace de Pedro y Dolores se unen dos casas emblemáticas de Cataluña, la familia Sala se asegura así que continúe la exportación y producción de vinos espumosos según el método champenoise. Los Ferrer aportan sus terrenos para poder plantar y construir cavas. Se constituye entonces la empresa Freixenet en 1914; las primeras etiquetas de esta marca se lanzan al mercado con el nombre Freixenet y Casa Sala. De esta época se conservan balances que demuestran que era una empresa con elevados beneficios económicos, en 1928 Dolores Sala decidió fundar Freixenet S.A junto a su marido y su padre.
El reparto de tareas en la empresa de este matrimonio se estableció teniendo en cuenta los puntos fuertes de cada uno. Adelantados a la sociedad en la que vivían, Dolores no pasó a un segundo plano por su condición de mujer y madre, sino que se ocupó de una rama muy importante del negocio: dirigía la parte técnica de la elaboración de cava, ya que desde una edad muy temprana se interesó en absorber los conocimientos de su abuelo y de su padre, convirtiéndose en una experta enóloga. En la bodega los encargados reconocían el talento de Dolores para la degustación, obtención de los mejores ensamblajes y en particular los de tipos brut de naturaleza reserva. Ella fue la primera cavista en sacar al mercado un elaborado de tipo brut reserva en la añada de 1930.
Mientras, su marido se dedicó a la parte de comercialización y expansión, viajó por todo el mundo abriendo nuevos mercados, comprando viñedos y pequeñas bodegas que contribuyeron a ampliar la oferta y reconocimiento de productos. Pere Ferrer entendió que la publicidad era un arma a explotar para que su marca fuera conocida, y en 1929 aprovechando la Exposición Universal de Barcelona llevó a cabo una innovadora campaña de marketing. Se apostó por un cambio de imagen de la marca, se sustituyó el retrato de una dama sentada sobre una botella de cava (Dolores creía que aportaba una imagen demasiado frívola) por un niño vestido de rojo que llevaba una botella de cava debajo del brazo, lo que aportó a la marca una connotación entrañable y familiar. Como anécdota también podemos decir que se fabricó para la ocasión un coche con forma de botella de cava, que aún se conserva en las instalaciones de la empresa.
Coche Freixenet presentado la Exposición Universal de Barcelona de 1929
Todas estas acciones, junto a la calidad de sus caldos, contribuyeron a la expansión de la marca y ayudaron a establecer los cimientos de la empresa, que hoy es la nº9 del Ranking Mundial de la Viticultura de calidad.
Como en muchas familias de la época la Guerra Civil causó dos grandes pérdidas en la familia, la muerte del patriarca Pedro Ferrer y el primogénito Juan, y tres años más tarde Dolores sufre otra gran pérdida de su mentor y protector, su padre Joan Sala.
Este fuerte revés no amilana a Dolores, que se convierte en Presidenta de la compañía y junto a la ayuda de su hija Pilar de 21 años y de Napoleón Serra, un gestor contratado, comienza a establecer la estrategia para alcanzar al mayor top ventas de cava en esa época Codorníu.
Dolores era una mujer con visión de futuro, planteaba el desarrollo de la empresa a largo plazo, al tiempo que asentaba la producción sobre bases sólidas y dirigía la empresa con mano firme e ideas innovadoras. De creencias cristianas, la movía el afán de conseguir la excelencia en el trabajo. Tras la desaparición de su marido se dedicó en cuerpo y alma a la empresa, de la que fue presidenta hasta su muerte. Poco tiempo antes fue nombrada Enóloga de Honor por la Asociación de Enólogos Catalanes. En su memoria sus hijos crearon un Cava Nature Reserva con sus viñedos de Mediona que lleva por nombre Cuvée DS (Dolores Sala).
Tras la muerte de Dolores, su hijo José es nombrado Presidente y Director General, se reparten entonces las acciones de la empresa entre los cuatro hijos de ésta. Siguiendo la línea marcada por sus padres, José Ferrer se ha centrado en ofrecer un producto de calidad en el segmento de precio medio, potenciar la red comercial tanto dentro como fuera de España, apoyándose en acciones publicitarias a nivel internacional. Se ha ampliado la gama de productos mediante la adquisición de importantes bodegas de elaboración como Segura Viudas, Castellblanch y René Barbier. En los últimos años la compañía ha crecido invirtiendo en California, México e incluso Champagne, en esta última zona se adquieren las bodegas Champagne Henri Abelé, las terceras más antiguas de la región de Reims, cuna del champán.
La apuesta por la publicidad que marcó años antes el patriarca sigue estando vigente y es una apuesta de la empresa, año tras año (excepto uno en el que se repitió su campaña del año anterior) todos hemos esperado con cierta curiosidad el anuncio de Freixenet como inicio de la Navidad, ya sea con sus conocidas chicas burbujas o aquellos que cuentan con famosos del celuloide a nivel internacional.
En la actualidad la empresa sigue en manos familiares al cien por cien, los hermanos que se repartían la propiedad de Freixenet han abandonado el máximo órgano de decisión para formar parte de un órgano llamado “comisión de experiencia “, y han nombrado consejeros a sus doce hijos. La continuidad de los valores empresariales de esta familia está asegurada, la cuarta generación comienza a abrirse paso, empezando desde abajo para conocer todos los entresijos del negocio y ascendiendo poco a poco a puestos de mayor importancia.
Entrada escrita por G.B.I